Una vez más, no he podido resistirme a comentar un gran post de D. Miguel Ángel Santos Guerra, que titulaba "Evaluar con el corazón" y que publicaba en su blog "El Adarve". Podéis acceder al mismo con los enlaces que os acabo de marcar y os dejo mi comentario. Seguro que a vosotros también se os ocurrirán muchas otras cosas. Pues expresadlas...
"Estamos en tiempos de evaluación, y como siempre, nos centramos en el proceso de aprendizaje de nuestros alumnos. Diagnosticamos, predecimos, valoramos, tasamos, medimos, juzgamos y sentenciamos. Nos convertimos en abogados, fiscales, peritos y jueces. Difícil tarea,...
Sin embargo, cuando tratamos de evaluar el proceso de enseñanza, intentamos pasar rápido y a hurtadillas. Ahora el que está en el banquillo de los acusados es el profesor/a, y eso no gusta.
Es cierto, es más fácil echar balones fuera, derivar nuestra responsabilidad a otros, generalmente a las familias y a los propios alumnos, bueno..., y a la administración, porque no nos dota de los recursos materiales y personales imprescindibles para llevara cabo nuestra enseñanza en las mejores condiciones.
Sin embargo, cuando tratamos de evaluar el proceso de enseñanza, intentamos pasar rápido y a hurtadillas. Ahora el que está en el banquillo de los acusados es el profesor/a, y eso no gusta.
Es cierto, es más fácil echar balones fuera, derivar nuestra responsabilidad a otros, generalmente a las familias y a los propios alumnos, bueno..., y a la administración, porque no nos dota de los recursos materiales y personales imprescindibles para llevara cabo nuestra enseñanza en las mejores condiciones.